Hay artistas que nacen con estrella… y hay otros que nacen con una misión.
Joan Sebastian no fue un cantante común. Fue un poeta, un compositor… y un símbolo eterno de la música mexicana.
José Manuel Figueroa Figueroa nació el 8 de abril de 1951 en Juliantla, Guerrero, un pequeño pueblo de calles empedradas y montañas que tocan el cielo. Desde niño, mostró una sensibilidad especial. Internado a los ocho años en Guanajuato, comenzó a escribir poesía y prosa. Fue ahí donde la música le empezó a hablar al alma.
“Hay un pueblo que está en la montaña, sin bullicio ni ruido de coches… Tiene un sol que de luces lo baña, y una luna que alumbra sus noches.”
– Uno de sus primeros versos
Ese talento precoz era solo el inicio. A los 11 años regresó a Juliantla, y fue entre cerros y caballos donde comenzó a componer con mayor seriedad.
A los 14 años ingresó al Seminario Conciliar de San José en Cuernavaca con la intención de convertirse en sacerdote. Incluso compuso una misa. Sin embargo, su destino no era el púlpito, sino el escenario. A los 17 años dejó el seminario y comenzó a trabajar para sobrevivir. Fue auxiliar en el Centro Vacacional Oaxtepec cuando, por casualidad, Angélica María lo escuchó cantar. Ella le dio el contacto del productor Eduardo Magallanes. Así comenzó su travesía musical.
Su nombre artístico nació de los llanos de San Sebastián, donde alguna vez trabajó. Quería llamarse Juan Sebastián, pero una de sus hermanas lo convenció de cambiar la “u” por “o”. Así nació Joan Sebastian: un nombre destinado a la historia.
Debutó con El Camino del Amor y rápidamente conquistó públicos desde México hasta Sudamérica. Su voz cruzó fronteras, tocó corazones y pisó escenarios grandes y pequeños.
Joan vivió en Chicago, donde vendía autos y hacía comerciales de radio. Por cada presentación cobraba apenas 50 dólares. Pero pronto un promotor lo contrató por mil dólares diarios para cantar en Texas. Fue ahí donde comenzó la leyenda del Rey del Jaripeo.
Dominó géneros como el romántico, ranchero, norteño, pop, banda y huapango. Escribió más de 750 canciones y grabó más de 50 álbumes. Artistas como Vicente Fernández, Rocío Dúrcal, Lucero, Pepe Aguilar y su hijo José Manuel Figueroa interpretaron sus letras.
Secreto de Amor
25 Rosas
Tatuajes
El Primer Tonto
Estos Celos
Para Siempre
Joan fue galardonado por la Sociedad de Autores y Compositores de México, y recibió premios Grammy, Lo Nuestro, ASCAP, ACE, y fue incluido en el Salón de la Fama de Billboard. Más que un artista, representaba el alma de México.
Además de cantante y compositor, fue productor, arreglista y actor, llevando su talento a la televisión, el cine y, sobre todo, al corazón del pueblo.
La vida no fue fácil. Perdió a dos hijos en circunstancias trágicas, pero jamás dejó de cantar. Para él, la música era su forma de sanar, resistir y compartir.
El 13 de julio de 2015, el cáncer silenció su voz… pero no su legado.
Joan Sebastian vive en cada verso.
En cada nota.
En cada corazón que lo escucha.
Fue El Rey del Jaripeo,
El Poeta del Pueblo,
el hombre que convirtió el dolor en arte.
Joan Sebastian no fue una estrella fugaz…
Fue un cometa que iluminó generaciones.